Una vieja encina daba albergue a un águila, con sus crías, a una gata montés y a una jabalina y sus jabatos.
Una mujer, al ir a la ciudad, encontró en el camino un cántaro viejo que en algún tiempo guardó excelente vino.
Un pastor, a quien el lobo había devorado su mejor oveja, reunió a los corderos y platicó con ellos...
Un perro, exterminador de lobos, murió en cruenta pelea motivando el llanto del amo.
Una mona tenía dos hijos. A uno de ellos cuidaba con predilección, mientras que al otro lo dejaba a su suerte.
Cierto abogado de la urbe fue invitado a los festejos de una boda que se realizaba en su pueblo natal.
Cuando Júpiter iba a nombrar al rey de los pájaros, los citó para elegir al más hermoso de ellos.
El hijo de un pescador fué a los acantilados para proveerse de unos caracoles.
Cierta mona, descontenta con la pequeña cola que recibió de su madre, pidió a la zorra