Fábula El Lobo y El Cordero
Un corderito, recién nacido, bebía en la corriente de un limpio arroyuelo.
Un lobo, que acertó a pasar por allí, le dijo:
—¿Quien te dio permiso para beber en mi arroyo?
—Monseñor—repuso el inocente—, no se encolerice. Considere, más bien, que si bebo de esta agua lo hago lejos de sus dominios.
—¡Por otra parte, tú hablaste mal de mi el ano pasado! — insistió el lobo, viéndose chasqueado.
—¿Cómo habría procedido así, si aún no hube nacido?
—Si no fuiste tú, santurrón ingenuo, fue alguno de los tuyos. Es preciso que me vengue de una vez.
Y, llevando al corderito al bosque, allí lo devoró.
Moraleja
No hay razón valedera, para quien venganza espera. Clic para tuitear