Fábula El Cerdo y El Caballo
¿Qué haces ahí enlodado en el maloliente estercolero?
Así increpó un hermoso caballo, que marchaba al combate con garbo y orgullo, a un perezoso marrano que dormitaba tendido al sol.
El cerdo levanto con lentitud la cabeza y gruñó de esta manera:
—Solo un loco como tú puede alegrarse de caminar hacia la muerte.
El caballo se detuvo y despectivamente le contesto:
—Tienes razón, y por eso tengo lástima que te engorden para degollarte después, y es muerte por muerte. Tras la mía queda un nombre glorioso; de la tuya no queda sino un poco de tocino.