Fábula El Ruiseñor Desengañado
Llegada la primavera, se convoco a las aves canoras para disputar un maravilloso trofeo.
Muy seguro de su éxito, el ruiseñor emprendió raudo vuelo para terciar con los opositores, formados por innumerables canarios, jilgueros, mirlos y alondras.
Iniciado el concurso cada avecilla exhibió su mejor habilidad, deleitando a los oyentes con cascadas de trinos y gorjeos; mas ninguna igualó la maestría y gracia del ruiseñor, cuyas melodías celestiales remontaban las alturas, perdiéndose en el azul del firmamento.
Seguro de su triunfo se aprestaba a recibir el galardón, mas con desilusión vio que lo daban a un jilguero.
El ruiseñor, decepcionado del jurado, exclamo:
—¡Oh, Naturaleza! ¡Quítame la voz o no permitas la existencia de tan injusto tribunal!
Moraleja
No hace justicia quien favorece, a quien menos lo merece. Clic para tuitear