La Casa de SócratesComo el filósofo era pobre, la hacía pequeña y sin lujo. Los falsos amigos que observaban, criticaron:—¡Vaya, qué mamarracho de fachada! —dijo uno de los envidiosos.—¡Qué …
Hacía muchos años que, en los campos de un labrador, vegetaba un añoso árbol que no proporcionaba beneficio alguno y sólo servía de guarida a gorriones y cigarras.